Acabamos de traer un cachorro a casa, es un peluchito y a toda la familia nos hace mucha ilusión tenerlo con nosotros y nos reímos de todo lo que hace.
Pero al cabo de unos días, empezamos a ver que aquel peluchito tan adorable, empieza a comerse nuestros muebles, a hacer pipi y caca por todas partes (incluido el suelo de parquet o la alfombra), grita cuando nos vamos de casa, nos muerde las manos, ya no es tan pequeño como al principio y se nos echa encima cuando llegamos a casa, etc.
La situación empieza a tornarse complicada, más cuando vemos que el cachorrito no sólo no deja de hacerlo, sino que además cada vez lo hace con más insistencia.
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